Daniel Rodriguez agundez oboista

Oboísta del mes de Diciembre: Daniel Rodríguez Agúndez.

Find the interview in English here: https://medinareeds.es/oboist-month-daniel-rodriguez-agundez/

Hoy entrevistamos a un oboísta que a pesar de su juventud ha tenido una gran carrera profesional y todo apunta a que seguirá teniéndola. Lo mejor es que le conocemos y sabemos que no solo es un gran oboísta, también es una gran persona.

Carrera profesional como oboísta de Daniel Rodríguez Agúndez.

Daniel empezó a estudiar oboe en su ciudad natal Plasencia, en el Conservatorio García Matos, con los profesores Miguel Ángel Gómez Cáceres de solfeo, y Vicente Pérez Pellicer la especialidad de oboe. 

Su primer contacto con orquestas fue en Extremadura, con la Orquesta Scarlatti de Don Benito, la Oscam de Almendralejo y Mérida, y poco después con la OJEX, la orquesta joven de Extremadura, donde estuvo en plantilla varios años. Al poco de entrar fue becado por la OEX.

Alrededor de 2011 empezó a estudiar con Lucas Macías Navarro, en la Hochschule für Musik en Freiburg im Breisgau, Alemania. Durante el periodo de estudios en Freiburg ganó una plaza de Praktikum en la SWR Sinfonieorchester von Baden-Baden und Freiburg, la orquesta de la radio del Suroeste de Alemania. Con esta orquesta tuvo la oportunidad de viajar por toda Alemania, y tocar en muchas de las mejores salas de Europa. 

Daniel Rodriguez oboista mes
Daniel Rodríguez Agúndez

En Freiburg,  también cursó un máster de interpretación, con Lucas Macías como profesor principal, y Florian Hasel como asistente.

Ha tocado en orquestas como BandArt, Netherlands Philharmonic Orchestra, Dissonances, Deutsche Radio Philharmonie Saarbrücken Kaiserslautern, Lucern Festival Orchestra y en festivales como el Krzyżowa-Music en Polonia. 

Desde diciembre del pasado año 2018, forma parte de la orquesta ADDA Simfònica, en Alicante.

Entrevista a Daniel Rodríguez Agúndez.

  • ¿Cuándo empezaste a tocar el oboe?

Pues creo que empecé en el 2002, en Plasencia. 2001 o 2002

  • ¿Por qué te decidiste por este instrumento? 

Fue una casualidad. Yo venía de haber estudiado un par de años la guitarra en una escuela de música, y era lo que quería estudiar en el Conservatorio,pero cuando me llegó el turno de escoger instrumento, ya no había plazas. Me gustaba mucho el Fagot, pero mi madre me sugirió que cogiese el oboe, que era más pequeño, y así fue como pasó. Pero realmente creo que ni ella ni yo sabíamos muy bien qué era un oboe. 

  • ¿Cuánto tiempo le dedicas diariamente al oboe?

Depende. Ahora que tengo ensayos con la orquesta, por la tarde suelo rodar cañas, retocar y hacer algo de técnica y estudios. Dependiendo de la semana necesito más o menos tiempo, pero suele ser una o dos horas más.  Como estudiante en un superior o máster, creo que cuatro horas al día con constancia sería perfecto, pero es mas importante la eficiencia que la cantidad. 

  • ¿Hay algún oboísta que te inspire especialmente?

Te podría nombrar muchos, pero si tengo que nombrar solo a uno, sería Heinz Holliger. Fíjate, que creo que se le critica mucho por su sonido, porque el concepto del “sonido” del oboe ha cambiado mucho en los últimos años; a mí, me encanta. Holliger es un genio, y  creo que le debemos, en gran medida,  la evolución del repertorio de oboe escrito a partir de  segunda mitad del siglo XXI. 

  • ¿Qué consejos le darías a alguien que está empezando en el mundo de la música y quiera ser oboísta profesional?

 Que escuche mucha música, de todo tipo, estilos e instrumentos. Se aprende mucho escuchando a los demás. Y que toque en grupos, bandas de vientos, orquestas, grupos con amigos o donde sea. Yo me dedico a la música por las experiencias que tuve de pequeño en esos ambientes. 

  • Entre todas tus etapas musicales: Extremadura, Alemania o Alicante ¿con cuál te quedas y por qué?

Qué difícil. Creo que no podría elegir ninguna, porque no hay una sin la otra, no las puedo separar. En Extremadura fueron los inicios. Alemania me abrió la mente, y las puertas a un ambiente musical muy diferente al de España. Allí es donde he pasado todos mis años de estudios, una etapa fantástica. Y lo mismo te digo de la actualidad en Alicante; sigo aprendiendo todos los días un poquito, y me siento afortunado de ser parte de la orquesta del ADDA. 

  • Lucas Macías Navarro ha sido uno de nuestros oboístas del mes, ¿qué destacarías de tus estudios con él?

A Lucas le debo muchísimo. He estudiado oficialmente ocho años con él, uno en Zaragoza y otros siete en Alemania. Pues en todos esos años, siempre he salido de su clase con la sensación de tocar un poquito mejor, y muy motivado para seguir estudiando. No he parado de aprender de él. Me ha ayudado con el oboe, me ha enseñado cómo interpretar las diferentes músicas, y lo más importante, me ha enseñado con su ejemplo, a disfrutar haciendo música. Es alguien al que quiero mucho, y admiro como un ejemplo a seguir. 

  • Comentas que a la OJEX le tienes un especial cariño ¿por qué es así? 

Cuando entré en la Ojex, no sabía aún si me iba a poder dedicar a la música o no. Mis padres no son músicos, y aunque ellos siempre me han apoyado ciegamente, el día de la primera audición que hice para la OJEX marcó un antes y un después. Yo era un enano allí con mi oboe, y nos habíamos presentado un montón. Pues aquel día entré en la orquesta, y fue la primera vez que nos planteamos que quizás sí que podía tener algún futuro como oboísta. Después de aquello, allí hice muchos amigos, y lo pasé genial en todos los encuentros. Las orquestas jóvenes son una lanzadera y una gran ayuda para los jóvenes. Muchos de mis compañeros de la OJEX hemos acabado estudiando música y nos dedicamos a ello como profesión. 

  • ¿Nos cuentas alguna anécdota de tu carrera como oboísta?

 Te voy a contar una de esas que no olvidaré jamás, y de la que curiosamente aprendí mucho. Ponte en situación… 

Berlín, Audición para la Karajan Akademie de la filarmónica de Berlín. Yo había estudiado como núnca antes, iba con una caña buena, y el oboe estaba bien ajustado. Todo pintaba bien y yo tenía muchas ganas de demostrar mi trabajo. Pues la primera ronda era el primer movimiento del concierto en Do mayor K. 314 de Mozart. Llega mi turno, salgo al escenario y veo allí sentados a todos mis ídolos, no faltaba nadie. Mi público eran Albrech Mayer, Jonathan Kelly, Christoph Hartmann, Andreas Wittmann y Dominik Wollenweber, casi nada. Pues a tocar se ha dicho… Empezamos. 

El trino: al palo… 

La resolución del trino: regular nada más.. Viene la escala. ¿La escala? Pues como diría Rosalía, “trá trá”. Así era mi estacato. 

El do agudo: Ay ese Do agudo… digamos que de primeras no llegó a ser un Do, se sentía un poco tristón…un pequeño glissando y al sitio.

Así comenzó mi audición, yo no me lo creía, y me imagino que los pobres del jurado tampoco… Habrían pasado unos cinco segundos, y ya estaba todo dicho. Terminé la exposición y me fui de la sala. 

Pues nada, yo sabía que había tocado extremadamente mal, pero aún así, como todos ellos son grandes oboístas a los que admiro y respeto, respiré hondo, me preparé y pregunté por un feedback a todos ellos, por si acaso alguno de sus comentarios me podía servir de ayuda en futuras audiciones.

Musical y técnicamente no pudieron decirme nada más que la verdad, que no era mi día. Pero Dominik me hizo un comentario que luego me ha ayudado con mis siguientes audiciones y conciertos. Esto fue lo que recuerdo que me dijo:

“Has empezado muy mal, la escala mal, el Do agudo muy bajo… Después yo pensé que te ibas a recuperar, pero no, no ha sido mejor… Yo se que hoy no era tu mejor día; musicalmente no puedo decirte nada. Tienes que buscar la estabilidad para que esto de hoy no te pase, la manera tener el control de la situación, y que, da igual dónde estés y para quién toques, sepas al cien por ciento que te va a salir, y así poder disfrutar. Debes encontrar esa estabilidad.

De todo se aprende, y a veces cuanto peor salen las cosas, más se aprende.

Puedes tener un día malo, pero no olvidemos que el camino es largo y no hay que darse por vencido. Esa búsqueda de la que me hablaba Dominik y de la que me ha hablado Lucas en muchas ocasiones, es un trabajo propio que nadie puede hacer por ti, y que en cada persona imagino dará caminos diferentes para el mismo fin. Con trabajo duro, constancia y un poco de optimismo y de suerte, se puede llegar muy lejos. 

  • Alguna cosa que quieras compartir con los lectores de Medina Reeds?

Pues quería daros a vosotros las gracias por ofrecerme ser el oboísta del mes, es un privilegio. ¡Y a Miguel Ángel por su cordialidad y trabajo, y sus cañas! Que en más de una ocasión me han salvado de un apuro. 

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